8 tips de slow dating para citas más emocionantes con Mara Mariño
La comida rápida que llega a casa en 20 minutos, la serie que consumimos a toda prisa en un fin de semana, el regalo de cumpleaños que llega a tiempo incluso si lo pides con horas de antelación, el ghosting para no dar explicaciones a una persona... En nombre de ahorrar tiempo, vamos a toda velocidad, y dedicar horas a cualquier cosa parece lo excepcional.
Pararnos a hacer algo o a estar con alguien es una rara costumbre que parece encontrarse en vías de extinción, y es también una de las razones por las que muchas de nuestras relaciones están condenadas a durar menos que la maratón de la serie de turno (y con la diferencia de que seguramente no vaya a haber segunda temporada).
Pero -y ahora voy a ponerme mística- lo humano está lejos de esto. Si algo nos ha enseñado la naturaleza (desde que en el colegio hicimos el experimento de guardar gusanos de seda en una cajita, para ver cómo se convertían en mariposas), es que todo en esta vida necesita tiempo y cuidados. Así que si no damos ese margen a que algo se desarrolle, cuando a la mínima pensamos que no queremos perder el tiempo, dejamos que la urgencia se cargue el amor. Prisa 1 - Corazón 0.
Por eso muchas (me incluyo) vemos en el slow dating revolución y solución al mismo tiempo, volviendo a un ritmo más tranquilo que permite dar espacio a esas primeras citas. Sin expectativas ni quedándonos solo en la orilla, esta forma de conocer a quien tenemos enfrente permite ofrecer toda la atención y voluntad. Porque es ese momento, el presente de estar cara a cara y profundizar en una conexión, lo real, lo auténtico. Y elegir hacerlo despacio está en la propia naturaleza humana, ya que necesitamos horas (y unas cuantas) para conocer a una persona por completo y dejar que también nos conozca.
Ya que hay cosas que no pueden acelerarse, optar por la alternativa del slow dating es comprometerse con la situación y con la persona. ¿Pero cómo se puede ir despacio sin perder el interés en un mundo en el que vamos a toda prisa?
8 consejos para mantener la emoción y la conexión en tus citas slow
1. Encuentra a una persona slow dater
El primer paso es dar con alguien que también quiera tomárselo de esa manera, porque si tenéis ideas distintas de cómo deben ser vuestras primeras tomas de contacto, es probable que no lleguéis al mismo punto de encuentro. Vuestro punto de partida debe ser el mismo.
2. Dedicaos tiempo en persona
Planificad citas, cread recuerdos, construir la conexión poco a poco... En planes distintos -alternando entre más casuales y más formales-, seguiréis conociéndoos y viendo cómo sois en diferentes situaciones, lo que disminuye el riesgo de que alguien caiga en el autosabotaje.
3. Pero mantén el resto de los aspectos de tu vida
Esto se traduce en que sigas haciendo tus cosas, evita estar 24/7 hablando por teléfono aunque Whatsapp sea una gran tentación. Daos espacio y encontrad la comodidad de no ver a la otra persona todos los días, eso ayudará no solo a mantener las relaciones familiares y de amistad, sino a entender que la otra persona también tiene una vida fuera de la relación.
4. Disfruta la etapa… sin pensar en la siguiente
Normalmente, la prisa de agobiarnos por lo que viene después (¿Deberíamos tener la conversación? ¿Cuándo vamos a irnos de viaje romántico juntos?...) es algo en lo que caemos la mayoría. Pero el momento presente, que terminará pasando, no va a volver, por eso es importante disfrutarlo sin presión, a un ritmo cómodo. Además, cada persona tiene sus tiempos, así que intenta no poner etiquetas en un primer momento. Sí, eso significa esperar antes de presentar a las respectivas familias.
5. Una persona a la vez
Poder centrarte en una única persona te permite ir conociéndola sin distracciones y a la vez escuchar tus deseos y necesidades. El riesgo de que algo termine antes por haber avanzado muy rápido y que no os conocierais bien, o que un tercero entre en escena de forma pasajera son factores que mejor dejar fuera. Centrarte te permite analizar cómo va floreciendo pasito a pasito el amor, sin distracciones.
6. ¿Intimidad? Sí, pero cuando estéis seguros
Lo que significa dejar fuera la presión de avanzar físicamente, algo que puede ser muy difícil en una sociedad tan sexualizada como la nuestra. Marca los límites o respeta los que define la otra persona. Y recuerda: es un indicativo de red flag si lo que recibes es rechazo o dudas a la hora de daros ese margen de espera.
7. Comunicación abierta sobre cómo os sentís, si está funcionando o qué podríais necesitar
Saber que habéis creado una vía de comunicación abierta y segura da pie a que puedas hacer introspección y tener las expectativas en orden. Si la respuesta es que sois felices, vais por buen camino.
8. Preguntas profundas
Como qué le hace feliz, cómo se ve en 5 años, si ha superado la anterior relación, historias de tu infancia… Temas de conversación que van más allá de qué tal tu día son la prueba de que queréis conoceros (¡Por cierto! Puedes abordar esta conversación con canciones de fondo). Abrirse sobre cuestiones más íntimas significa, también, que la confianza es recíproca, y de esa vulnerabilidad se construye la intimidad.
Así que ahora que ya sabes la teoría, te toca a ti ponerla en práctica…
Escrito por la sexóloga y periodista Mara Mariño (@meetingmara)