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Slow dating: pongamos de moda el romance

Hace una década, nadie creía en la posibilidad de encontrar al amor de su vida en una app de citas. Hoy, los testimonios de miles de parejas hablan por sí solos: tan solo en España, la app adopte forma 15.000 parejas formales cada año, además de incontables citas y flirteos. No nos engañemos, las ganas de amar no han cambiado; la forma de encontrar a tu media naranja sí.

Si bien las apps de citas nos permiten conocer a mucha gente en poco tiempo, esto no significa que al utilizarlas queramos sumarnos al fast dating y a la cultura del quedar por quedar. Cada vez son más las personas que prefieren ir lento y escoger a conciencia a su alguien especial antes de confiar esta importante misión a un algoritmo frío y arbitrario.

En adopte promovemos el slow dating y el slow love, es decir, los ambientes amables y  respetuosos, las conversaciones únicas y las relaciones de cualquier tipo siempre y cuando sean auténticas. Si tú también estabas esperando a que el romance se pusiera de moda en la era digital, estás de enhorabuena: baja las revoluciones y pásate al slow dating.

¿Qué es el slow dating?

Slow dating es el arte de ligar de forma prolongada, basándose en la conexión real que se tiene con otras personas más allá de la imagen que nos proyectan. Esto logra desviar el foco de la superficialidad que ha contaminado las dinámicas del amor de los últimos años para ponerlo en la compatibilidad de caracteres y los intereses en común de las personas. Conocerse, conectar y sentirnos a gusto antes de pasar a terceros, esa es la clave.

¿Por qué preferimos el slow dating a las citas rápidas?

 

1. Necesitamos volver a sentir

El distanciamiento social de los últimos 2 años nos ha dejado con unas ganas locas de volver a vivir experiencias reales. En un mundo postapocalíptico, los placeres efímeros han quedado en segundo plano para dar paso a las emociones que nos hacen sentir vivos. Existe una necesidad generalizada de recuperar las relaciones de verdad, aquellas que son íntimas, que nos llenan y que dan sentido a nuestra existencia.

2. Calidad vs. cantidad

Donde se ponga una conversación viva, apasionada y que nos haga sentir únicos, que se quiten los 80 chats preguntándote Hola, ¿qué tal?  Hemos llegado a un punto en el que tener más pretendientes no es garantía de diversión, sino de estancamiento. Es mucho más probable que, si nos centramos en aquellas personas que nos estimulan, logremos tener conversaciones mucho más especiales.

3. Toca cuidar la autoestima

Ligar es un subidón, de eso no hay duda, pero cuando la ilusión de la otra persona hacia nosotros se desvanece en un abrir y cerrar de ojos, nos queda un tremendo sentimiento de tristeza y vacío. Nuestra mecha para mantener la curiosidad por conocer a alguien se ha ido haciendo cada vez más corta, y eso ha ido limando nuestra autoestima y la de los demás. Y no es que no seamos capaces de ser lo suficientemente interesantes para alguien, es que probablemente nos hemos precipitado y hemos escogido mal a la otra persona. 

4. Gana tiempo y buenas experiencias

¿Recuerdas lo que era ir a ciegas a una primera cita? Efectivamente, una lotería. Esto nos ha dado anécdotas loquísimas y surrealistas. Si bien durante un tiempo esta actividad puede ser realmente divertida, la pandemia nos ha recordado que nuestro tiempo es oro y que es mucho más práctico conocer a alguien con calma antes de decidir si nos merece la pena ir a tomar esas cervezas. Haz caso a tu intuición, y si esa persona te ha cuadrado durante un buen tiempo, es más que probable que vuestra primera cita sea un éxito.

5. Conexión a todos los niveles

Seamos prácticos, si lo que queremos es encontrar alguien con quien conectar en profundidad, debemos asegurarnos de que nuestras expectativas casan con las suyas. ¿Está buscando algo parecido a mí? ¿Tenemos intereses en común? Más allá del sexo, ¿esta persona me complementa? La respuesta a todas estas preguntas las obtendrás solo si tienes la paciencia y la ilusión por descubrirlas.

6. No os dejéis escapar

Ves a una persona que de primeras te encaja, pero la lías y la descartas por error. ¡Mierda! Adiós al amor de tu vida. La mecánica del swipe y la arbitrariedad del algoritmo pueden jugarte una mala pasada. La experiencia del slow dating en una app de citas como adopte empieza por otorgar todo el poder de decisión a los propios usuarios y alejarse así de los pormenores de los algoritmos. Si alguien te mola, mírate con calma su ficha, dale mil vueltas y decídete cuando estés ready. Nadie, excepto vosotros, debería intervenir en cómo ni cuándo empezará vuestra historia. 

Cuando el distanciamiento y la velocidad del mundo tecnológico parecían anunciar el fin del amor romántico, llegan adopte y el slow dating para darle la vuelta a todo.

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