
Ordena tu vida amorosa: qué mantener y qué eliminar
En el corazón, como en las casas, de vez en cuando hay que dar rienda suelta a la Marie Kondo del amor. Poner orden en el caos que dejan las experiencias sexoafectivas es básico para no volverte cucú y recordar qué conductas amorosas te definen y cuáles son simples reproducciones de patrones que ya no te interesan. Como sabemos que amar es exponerse a un aprendizaje constante, hoy toca repasar la lección para subrayar aquello que sí te hace bien y enviar a la papelera de reciclaje las frustraciones que te bloquean emocionalmente. Desde conductas tóxicas a inseguridades y manías sentimentales, toma nota de aquellos lastres que debes eliminar de tu corazón para viajar ligera por los senderos del amor.
¿Qué aspectos amorosos conservar y cuáles depurar?
Cuidado, nena, porque del trastero de tu vida amorosa van a salir muchas sorpresas. Entre las viejas reliquias que vas a encontrar, te invitamos a explorar en profundidad tu historial amoroso para identificar, sobre todo, aquellos aspectos más difíciles de detectar: las presiones sociales, los traumitas de relaciones pasadas y las limitaciones de los roles de género. Pero ahora vamos con lo primero: limpiar lo que sobra para dar paso a lo bueno.
Conductas a eliminar ipso facto
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1. Creer que le debes a tu pareja todo tu tiempo y que, cuantas más horas paséis juntos, más os querréis.
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2. Pensar que sentir celos o recibir reclamos constantes de tu pareja es un síntoma de amor.
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3. Adaptarte por completo a tu nueva pareja y olvidar la vida que tenías como persona soltera.
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4. No quejarte de algo por miedo a parecer exagerada o demasiado intensa.
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5. Sentir celos retroactivos de las exparejas de tu chico y pretender convertirte en la persona más importante de su vida.
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6. Evitar corregir a tu pareja o hacer nuevas propuestas sexuales por vergüenza a parecer demasiado atrevida.
Lo que interesa mantener
En contraposición a los trastos viejos que hemos desechado, te proponemos ordenar tus emociones en forma de reflexiones más sanas y justas contigo y con tus ligues:
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1. Prioriza la calidad de tiempo a la cantidad. Lo importante es compartir experiencias de valor.
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2. Trabaja la confianza en tu pareja y practica una mentalidad abierta que te permita disfrutar de la relación sin sufrir constantes ataques de celos. Por supuesto, exige lo mismo a cambio.
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3. Mantén tu independencia dentro del placer que supone compartir una historia con la persona que te gusta. La virtud está en saber entrar en una relación sin salir de la que tienes contigo misma.
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4. Dale a tus emociones la importancia que tienen y exprésalas cuando lo creas necesario. Recuerda que, si hablar de lo que te duele es motivo de disputa, quizás esa persona no sea la más adecuada para ti.
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5. Abraza y respeta el pasado de tu pareja porque esas experiencias son las que lo convierten en la persona que tanto te gusta. Asume que esas chicas fueron importantes en un determinado momento, pero que ahora es tu turno.
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6. Rompe con los roles tradicionales y atrévete a practicar una comunicación abierta sobre tu sexualidad y otros temas tabú. Tu vida íntima comenzará a mejorar drásticamente cuando tus compañeros entiendan qué es lo que necesitas.
Apetecer, lo que se dice apetecer, nunca apetece limpiar la casa, pero cuando acabas y la ves tan limpita y ordenada entran aún más ganas de habitarla. Lo mismo ocurre con tu historial emocional: depurar los errores y las experiencias que te pesan es tan necesario como tirar las viejas camisetas de verano. Cuanto más sana sea tu vida amorosa, más ganas tendrás de darle caña. Ponte tus guantes favoritos, átate un pañuelo a la frente, ¡y que empiece el zafarrancho de limpieza!
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