es.adopte.app

es.adopte.app

Niveles de petardismo

Definición de petardo/a: persona tocapelotas con las ideas muy claras y con la firme misión de sacarte de tus casillas.

Frases típicas de esta peña: “Eso no es nada tu rollo”, “Estoy súper cansada de las redes sociales, son para posers/fantasmas que no tienen vida propia”, “No me gusta criticar, pero…”, “¿Cómo puedes sobrevivir siendo vegano sin vitamina B12?”

El petardo old school, el de toda la vida (aka el tío pesao del blablacar) al menos no trata de ocultarse. Está encantado de poder compartir coche con gente tan ignorante y poder ilustrar a la gente todo lo que sabe. Conoce a alguien que trabaja en CADA uno de los oficios del mundo. Tiene contactos en todos lados. Dice que tiene un cuñado que tiene un vecino que tiene un amigo que coincidió con Pedro Sánchez en la facultad. Durante todo el viaje (MENOS MAL que se acaba pronto) aprovecha para desatar toda su verborrea porque él LO SABE TODO. Y a ti te lo que más te apetece es saltar del coche en marcha.

De repente, la situación te obliga a decirle que sí, que sí, que sí, que muy bien, que qué guay. Qué risa tía Felisa. Este es el tipo de petardismo que te convierte en alguien que no quieres ser, que te empuja a dar la razón como un idiota. El consuelo es que, por suerte, de estas situaciones te olvidas en cuanto te bajas del coche… por eso vamos a dejarlo estar. Y a ponerle mala puntuación en blablacar.

La otra escuela de petardos, la que se reproduce como los conejos en cualquier época del año, es la que nos toca mucho la moral. Por eso vamos a analizar hoy sus distintas versiones, para ver si lo leen y dejan de dar la brasa de una p*** vez:

Petardismo de Primer Grado: La parejita feliz

La particularidad de esta pareja es que, por separado, los amas. Son de tu grupo de colegas, tú y los tuyos queréis quedar con ellos todo el rato. Pero cuando vienen los dos se ponen insoportables: aparecen de la mano diciéndose cositas al oído, no paran de darse besitos mientras tú les cuentas el epic fail de tu cita de ayer (¿Hola? ¿Podéis dejar esto para otro momento?) Ahí es el principio del fin del buenrollismo.

También los odias en Instagram. No hay día que no se regalen un #WEAREATEAM, que suban sus stories de desayunos en la cama y de domingos de #NETFLIX&CHILL con el filtro del perrito. No es que te produzca envidia, no creáis que siempre nos ponemos en modo hater porque deseamos hacer lo mismo, es simplemente que #NOENTENDER por qué hay parejas tienen que hacer tanto alarde de su vida privada. Oh, oh... Esto puede afectar negativamente.

Con lo que molan tus juergas con ella, los chupitos de jagger cada dos birras, la batalla de twerking, ligar con otros tíos, reíros sin parar de chorradas múltiples y acabar en la pizzería de la esquina engullendo como si fuera la última vez que coméis. ¿Por qué cuando está él no sale ese lado wild que tú le conoces perfectamente? #PREGUNTASINRESPUESTALÓGICAPOSIBLE.

Cuando pasas un rato con él a solas, te pregunta todo el rato si alguna vez has grabado porno casero, es decir, se muestra espontáneo y sagaz. Curiosamente, cuando está ella no para de hacerse el culto y saca a todo el mundo de quicio por su sencilla falta de naturalidad.

Parecen ser inseparables… ¡Hasta que lo dejan! ¿Cómo iba a durar algo tan ficticio?

-Entonces ella quiere recuperar el tiempo perdido y decide que la mejor opción es publicar en Instagram lo guay que es su vida sin él (a lo que tú no tienes nada que objetar). Su modus operandi es compartir con sus followers todo lo que hace: afterworks, fiestas en azoteas y gintonics al atardecer. Porque es así como va a demostrar al mundo (y a sí misma) lo bien que le va. ¡Stop! ¡Por ahí vamos mal! Volvamos a las juergas atrevidas en las que se nos olvida sacar el móvil de lo bien que nos lo estamos pasando.

-En cero coma, él tendrá una nueva víctima. La amiga que traerá vino francés a nuestras quedadas y que no se cortará en contradecirle como buena riot girl. No te puedes quejar. El resto de colegas también la acepta rápidamente… menos tu amiga, la ex, que tendrá que tomarse un tiempito de vacaciones. ¡Poco a poco!

Para confesarle a la antigua pareja hetero-perfecta que juntos eran realmente insoportables, tendremos que esperar por lo menos cinco años. Nunca se sabe, a veces vuelven a verse en plan “con derecho a roce” y te acaban poniendo a caldo.

Petardismo de Segundo Grado: El amigo que nunca te gustará, pero sabes que es perfecto para ti

Tu querido amigo no es un petardo de segundo grado por su propia culpa, ojo ahí… El problema es que siempre le has molado, te lo ha dicho con la mirada más de una vez. Sabes que si quisieras, si dieras el paso… caería rendido en tus brazos y seríais felices de por vida probablemente. Pero a ti nunca te ha atraído sexualmente y esto no va a cambiar. Es una verdad inamovible. A pesar de adorarle y de quererle con locura, hay un halo de petardismo que le salpica inevitablemente.

El tema es así de sencillo y lamentable: es tu madre, día sí, día también, la que te machaca diciéndote que estás ciega, que qué haces con tu vida, que vas a quedarte soltera por dejar pasar este tren –So what?, piensas tú–. Tus amigas también te dan la chapa bastante insistiendo en que debías probar, al menos una vez, a pasar la frontera de la amistad y conquistar el mundo sexual con él. ¡A lo mejor funciona y has estado perdiendo el tiempo! Que os den, –piensas tú–.

Es un tío guay y siempre ha estado ahí… Cuando potabas 10 tequilas te sostenía la cabeza, cuando suspendías en la uni te ayudaba con los proyectos de recuperación, cuando llorabas por un capullo te regalaba las mejores palabras de ánimo (¡el pobre!). Y por eso precisamente, no le puedes mirar con otros ojos. Tú no eres muy de quedarte en la zona de confort, te van los retos. Y el amigo perfecto es, simplemente, demasiado perfecto.

Petardismo de Tercer Grado: el tío que es un egoísta en la cama

Por desgracia, en el sexo hay muchas conductas machistas que tenemos mega interiorizadas y a veces ni siquiera nos planteamos. Pero ya está bien. STOP capullos egoístas que solo se preocupan de su propio placer. El sexo es lo más molón del universo y es una pena echar un mal polvo por culpa de que la otra persona solo le importa llegar al clímax, darse la vuelta y echarse a dormir.

Hay señales que indican que estás compartiendo colchón con uno de estos especímenes: que el sexo se reduzca al mete-saca, que no te haga el sexo oral así le maten, que nunca te pregunte si has estado a gusto o que no salga del misionero. En otras palabras, mientras él se corra, se la repampinfla darte placer.

El acto sexual sigue siendo muy falocéntrico, y parte (o mucha) de la culpa la tiene el porno.Es un error pensar en el coito como un polvo brutal con un final “volcánico”. Hay muchísima falta de información en la sociedad y se han creado un millón de mitos alrededor del sexo.

Caution! Peligro de Petardismo: El/la petardo/a que llevas dentro

Cuando estás en sociedad resultas un encanto y por ello la peña sigue reclamando tu presencia el día que más pereza te da salir: “Anímate, que aún no te has puesto el pijama, ¡todo el mundo está preguntándome por ti!”

Si has recibido ese mensaje alguna vez deberías ponerte las pilas ya… ¿Qué pintas en casa cuando el lugar que te corresponde es la gran pista de baile? ¿O realmente te la suda?

Con un poco de voluntad PODRÁS EVITAR CONVERTIRTE EN EL/LA PETARDO/A QUE TODOS LLEVAMOS DENTRO.

Es simple: vence la tentación de quedarte viendo 542820 capítulos cuando la gente quiera verte. Y si al final de la velada estás cansado eres libre de pirarte a casa, pero al menos te irás haciendo eses y con un ligero hipo, y lo más importante, habrás reído y compartido momentos estupendos (y no tan estupendos) con tus QUERIDOS AMIGOS.

me inscribo
back to top