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Cómo aplicar el método KonMari con los regalos de tus ex

A estas alturas del partido ya estarás enterada del hit de Netflix sobre el método Marie Kondo y su consecuente huracán de memes. Si todavía no estás al loro te hago un miniresumenultrarápido: sistema de organización que consiste en coger un objeto, y si no te transmite alegría pues a la basura. Ea.

The problem llega cuando tu vena romántica está peligrosamente cerca del síndrome de Diógenes, y guardas los recuerdos de tus anteriores relaciones porque han formado parte de tu vida. Pero, ¿te aportan alegría? Nuestra recomendación: márcate un ‘Kondo’ y tira la mayoría de los regalos o chismes de tus ex. No es sano tener en tu armario un museo de relaciones fallidas. Pero lo hacemos anyway. Tengo una pregunta: ¿somos masocas?

Pues muy bien: acepto el reto, Marie Kondo. Voy a sacar mi “ex caja” del altillo y a ver qué pasa. Pero que sepas que el hecho de guardar mis pósters de la Súper Pop de cuando tenía 13 años no significa que encontrármelos no me siga produciendo una inmensa felicidad. HE DICHO.

Sí, al principio te puede parecer una chorrada que ordenar tu armario sea un paso hacia la felicidad. Pero es más complejo de lo que parece. Una manera de ordenar tu mente a través del orden del hogar. En el libro de Marie Kondo, ‘La magia del orden’, el primer paso es esparcir el caos. Pues ala, saca todos los recuerdos de tus ex y ponlos todos juntos. Advertencia: existe una alta probabilidad de que te dé un yuyu cuando veas la cantidad de trastos que eres capaz de acumular.

Y cuando hablo de trastos, no solo me refiero a los regalos, sudaderas que le has birlado a tus ligues o al inhalador del asma que solía dejarse en tu mesita. También a las pequeñas chuminadas. Estas van a ser las que más te costarán: notitas, entradas de cine, billetes de avión… Incluso los mensajes y correos electrónicos. Esas cosas que te ponen el corazón más blandito de lo normal.

Si te das cuenta de que los objetos que te recuerdan a algún zagal deben estar bien lejos de tu casa y sobre todo de tu coraçao, ya sabes. Regala, vende, dona o recicla. Y que todo sea de una forma consciente y sana, no desde el rencor. Aunque te entren unas ganas locas de rociarlo todo de gasolina. Piensa en el infarto que le daría a la Kondo si se entera.

Y por supuesto, VERY IMPORTANT: los números de teléfono. Libera espacio de la agenda de tu móvil, que nunca viene mal. Si ver sus nombres otra vez te transmite más sentimientos homicidas que otra cosa, chao pescao. Y haz hueco para lo que venga. ¿Un maromo que te haya hechizado en Adopta? Who knows…

Recuerda ante todo que no estás obligada a esto si aún no estás preparada para deshacerte de ciertos objetos con mucho valor sentimental. Para. Escúchate. Respira. Piensa. El vacío que puedas sentir al librarte de todos los trastos puede ser grande. Pero míralo por el lado bueno: tendrás más espacio para llenar de lo que TÚ QUIERAS.

Seguirás acordándote de tus ex, of course. Los recuerdos importantes no se van a ir volando por la ventana aunque te deshagas de los objetos asociados a ellos. Pero al menos tus cosas vas a empezar a sentirlas como tuyas, y no como vuestras. Y este paso gigante te va a sentar la hostia de bien.

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