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Haenyeo: las reinas de los mares

La Isla de Jeju es una de las siete maravillas naturales del mundo y se encuentra en Corea del Sur. Pero viviendo en la isla (o más bien, en las profundidades) se esconde el tesoro más importante. Se trata de unas mujeres extraordinarias, las verdaderas sirenas de los mares coreanos: las haenyeo, las mujeres buceadoras cuya historia se remonta siglos atrás. Una historia que bien podría encajar en una peli de ciencia ficción.

Las haenyeo (que literalmente significa ‘mujeres del mar’) tienen capacidad pulmonar para sumergirse hasta diez metros de profundidad. Pueden estar bajo el agua hasta tres minutos, recolectando el marisco y el pescado que sustenta la alimentación de su comunidad. Cuchillo en mano, gafas, neopreno, bolsa y peso. Y no, no llevan botellas de oxígeno.

Espera, espera, espera. ¿Y esto a qué viene? Puede parecer raro que de repente estemos hablando de unas mujeres buceadoras de Corea en este tipo de blog. Pero, ¿y si te dijera que estas mujeres llevan invirtiendo los roles de género desde hace muuuucho tiempo?

Una historia de sirenas

Lo creas o no, la tradición de las mujeres buceadoras se remonta al año 434. Sin embargo, la historia no menciona a las haenyeo hasta el siglo XVII. Originariamente también era una profesión de hombres, pero la situación cambió cuando llegaron las guerras y muchos hombres tuvieron que marchar al continente. Así fue como las mujeres comenzaron a ocupar roles que iban más allá de quedarse en casa cuidando de los niños.

En el siglo XVII, ya había más haenyeo mujeres que hombres. De este modo, las mujeres dominaban el cotarro de la industria pesquera de la isla del sur de Corea. Es más, cuando tomaron las riendas de la economía también reconfiguraron la sociedad patriarcal.

Fuente: Getty Images

A mediados del siglo XX las mujeres haenyeo siguieron cortando el bacalao, nunca mejor dicho. En aquella época hubo una revuelta de los agricultores de la Isla de Jeju, por lo que un montón de hombres fueron encarcelados, asesinados o tuvieron que irse al exilio. Entonces, el papel protagonista de las mujeres de la isla se multiplicó por mil cuando tuvieron que tomar el control definitivo de la vida económica y social de su tierra.

En los sesenta, el planeta entero estaba lanzando mensajes de amor y paz, y las haenyeo daban ejemplo con su actividad bajo el mar: ¡en aquella época había más de veinte mil mujeres buceando por Jeju para sustentar a la isla! Su relación con el mar siempre se ha basado en el respeto, y su conocimiento sobre el océano y las mareas es increíble.

En su tradición pesquera, cada día rozan una línea que se acerca peligrosamente a la muerte. Pero ellas son conscientes del peligro que les acecha en cada zambullida: “Vamos al Otro Mundo para ganar dinero y regresar al mundo terrenal para salvar a nuestros hijos”, reza un proverbio haenyeo.

Dato curioso: la tradición de nuestras queridas buceadoras en apnea está considerada Patrimonio Cultural Inmaterial por la UNESCO.

Fuente: Wikimedia Commons

La sociedad matriarcal de las haenyeo

Fueron ellas las que, al tomar las riendas de la economía de la isla, se convirtieron en las primeras mujeres con un trabajo reconocido socialmente en el país. Fue un trabajo de siglos, pero invirtieron los roles tradicionales de género e hicieron de la Isla de Jeju una respetada sociedad semi-matriarcal.

Estas mujeres buceadoras fueron las que tuvieron que ganarse el pan de la familia. Desde las profundidades soportan el peso de la economía doméstica mientras sus parejas se quedan en casa cuidando a los hijos. Ellas sienten que los hombres de Jeju son demasiado débiles como para desempeñar un trabajo así de peligroso (haciendo inmersiones tan profundas en apnea).

Las mujeres haenyeo han ido transmitiendo su extensa sabiduría de generación en generación. Su ambiente de trabajo es de completa sororidad: cuando descansan de las inmersiones, intercambian técnicas de buceo, comparten inquietudes, se desahogan y escuchan consejos de las más experimentadas.

¿Seguirá siendo cosa de mujeres?

Actualmente, la mayoría de las mujeres haenyeo tienen más de cincuenta años, y hay algunas que siguen buceando pasados los ochenta. Cada vez son menos y esta tradición corre el riesgo de extinguirse. Se cree que poco más de dos mil mujeres en Jeju se dedican profesionalmente a la pesca en la actualidad.

Las mujeres más jóvenes ya no están tan interesadas en conservar la tradición por los peligros que implica y por las oportunidades laborales que pueden encontrar en la moderna Corea del Sur. Debido a esto y para preservar la tradición, el gobierno otorga ciertos beneficios a las haenyeo proporcionándoles material de buceo y seguro médico.

Si bien es cierto que una profesión tan arriesgada puede dejar de ser atractiva, sería una pena tremenda que los valores de las haenyeo también desaparecieran, como el empoderamiento femenino y el respeto a la naturaleza. Adelantadas, insumisas e independientes, las haenyeo son todo un ejemplo a seguir con unos valores más necesarios que nunca.

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