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El Síndrome Rebeca: sentir celos de los ex de tu pareja

Hacía tiempo que no te pasaba. De hecho, no recuerdas cuándo fue la última vez. Vas por la vida como flotando, con el centro de gravedad por las nubes y con las hormonas a toda hostia. Sí, amigui, te has pillao. Te has pillao pero bien. Y con tu churri estás genial, como nunca, es que what a maravilla de persona, ¡y qué bien os sienta estar juntos! Cada día una nueva aventura, un paso adelante en vuestra relación. Y llegó el día. EL DÍA. Habláis de vuestro pasado, o séase de vuestros ex. Y a ti, pues gracia gracia no es que te haga, para qué nos vamos a engañar.

Las historias de amor pasadas de nuestras actuales relaciones son inevitables. Natural como la vida misma. No podemos echarles tierra encima, así que están ahí y son (casi siempre) inofensivas. Pero si llegáis a ese punto en el que tu pareja te habla de sus anteriores amoríos y de repente el tema se convierte en un problema, tiene un nombre: Síndrome Rebeca.

El Síndrome Rebeca (o celos retrospectivos) se da cuando los celos de una persona se centran en las relaciones pasadas. Cuando aparece el maldito Síndrome, la obsesión por el pasado amoroso de la persona amada se convierte en un problema tanto para el celoso como para el que lo sufre. Este tipo de celos surgen de un miedo irracional y, en la mayor parte de los casos, injustificado a que la persona con la que estamos nos deje por su ex.

Hitchcock, ¿yo soy guapa?

El Síndrome Rebeca es un concepto ideado por los psicólogos a partir de la novela ‘Rebecca’ escrita por Daphne du Maurier en 1938. El libro fue un exitazo, por lo que el increíble Alfred Hitchcock decidió adaptar la novela a la gran pantalla, al igual que Orson Welles, que la adaptó a la radio.

En la peli, se cuenta la historia de una mujer que se casa con un viudo. De repente, el fantasma de Rebecca empieza a fastidiarle la existencia a todo dios. Y esta Rebecca no es otra que la esposa fallecida del viudo. El espíritu no tiene nada mejor que hacer que calentarle la cabeza al viudo por haber tomado una mala decisión.

La historia de Rebecca se ha llevado a la realidad con este Síndrome que hace que nos invadan los celos por “los fantasmas” de nuestras actuales parejas. Tal y como ocurre en la novela, los celos no son más que eso, fantasmas de anteriores relaciones que nos obsesionan y sacan lo peor de nosotros. Los psicólogos afirman que incluso en relaciones plenas y felices es probable que aparezcan estos celos retrospectivos.

Celos retrospectivos: la amenaza fantasma

En el momento en que a una persona le invade el Síndrome Rebeca, lleva a cabo todo tipo de conductas autodestructivas: espiar las redes sociales del ex, imaginar que aún hay algo entre ellos, sufrir pensando en los momentos que compartieron juntos, etc. Vamos, que le hierve la sangre solo de pensar en que hubo algo intenso entre esos dos. Entonces, es ahí cuando la persona celosa empieza a sentir una amenaza y a temer que la relación que tienen ahora no sea única y genuina.

En la mayoría de los casos, estos celos no tienen una base sólida. Los celos pueden sacar sentimientos negativos tales como inseguridad, complejo de inferioridad, necesidad de poseer a la otra persona y desconfianza. Si la cosa se va de madre, el Síndrome Rebeca puede dar paso a una obsesión que sin duda alguna pondrá en peligro la relación de pareja.

Llegados a este punto, si te has identificado con alguno de los síntomas, es hora de poner soluciones. Lo primero de todo: es importante que cuentes con ayuda psicológica si los celos se te han ido de las manos. Identifica el problema, acéptalo y coméntalo con tu pareja usando la perspectiva objetiva y la asertividad, no desde el reproche. También es necesario que cuestiones la consistencia de tus celos: ¿tienes motivos reales o se trata de una fantasía, de un fantasma?

Una vez que hayas vencido este miedo al abandono, céntrate en dejar de compararte, dejar de stalkear a la expareja en redes sociales y construir una autoestima fuerte contemplando lo bueno que tienes. Cuídate, empodérate y saca lo mejor que hay en ti. Recuerda que la confianza, también en uno mismo, es clave para el crecimiento emocional de todas las relaciones. Afronta cada problema con madurez y entereza.

Debemos entender que el Síndrome Rebeca nos hace daño a nosotros mismos y a la persona amada. Procura no compararte, céntrate en el momento presente que estás viviendo con tu pareja y preocúpate más de que vuestro vínculo sea fuerte antes que en historias del pasado. Siempre, SIEMPRE habrá personas mejores y peores que nosotros, más y menos guapas, más y menos listas. No te tortures por ello y disfruta el viaje.

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