Cómo conservar el amor de verano (si es lo que ambos queréis)
Todos sabemos que los amores de verano tienen cierta reputación: son intensos, apasionados, y casi siempre pasajeros. CASI siempre. Nos han vendido la idea de que, al igual que el morenito de las piernas, el tiempo y la distancia acaban borrando el recuerdo de lo que un día parecía eterno. Sobre el papel, muchas historias encajan en este patrón, pero cuando el amor cala hasta los huesos, no hay finales de verano ni mil cambios de estaciones posibles que apaguen una historia que está destinada a ser.
¿Tres meses de romance se te han pasado como un suspiro? ¿Ha llegado septiembre y lo único que deseas es alargar este amor para siempre? Cuidado con lo que le pides a la luna de agosto porque a veces, solo a veces, los deseos se cumplen…
Rompiendo el falso mito del amor de verano
Seamos justos: los amores de verano no son intrínsecamente fugaces. Lo que los hace tan especiales es la falta de presión, el disfrute vacacional y la espontaneidad con la que actuamos. Si muchos los consideran encuentros pasajeros no es por la estación del año en sí, sino por la creencia de que solo pertenecen a ese tiempo y a ese lugar. ¡Lo estamos limitando! Esto provoca cierta sugestión colectiva y la falsa creencia de que un amor veraniego está destinado a no ser serio. ¿Cuántas historias se habrán perdido bajo una afirmación tan superficial? La solución está en dejar de ver el verano como una fantasía imposible de replicar cuando, en realidad, podría ser el principio de algo estable y duradero.
Lo mejor (y que nadie ve) de los amores de verano
El hecho de conocerse en un contexto relajado y sin preocupaciones es perfectamente compatible con la rutina y, de hecho, ofrece condiciones óptimas para iniciar una historia de forma sana. La diversión veraniega de los inicios marca un precedente, una especie de patrón de conducta capaz de imprimir en la pareja un carácter optimista y desinhibido que puede ayudar muchísimo en las vivencias de los tortolitos, especialmente en los momentos más bajos de la relación. Hablamos de entender el ocio, el relax y la confianza como puntos de encuentro y de fortaleza en la pareja. ¿No te encanta como suena?
Cómo conservar el amor de verano de forma realista
Que os queréis a rabiar está clarísimo, pero el sentimiento no quita la presencia de algunos miedos que se van haciendo grandes conforme otoño asoma el hocico: ¿Seremos capaces de combinar nuestro día a día? ¿Nos seguiremos gustando en nuestra versión más rutinaria? ¿Perderemos la magia con la que nos conocimos?
Aquí te subrayamos algunos consejos para mantener viva la llama del amor cuando las vacaciones se acaban.
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1. Asume el contexto en el que os conocisteis y también la nueva realidad
El recuerdo del verano siempre quedará enmarcado, pero ojo con idealizarlo. Lo importante es aprender a integrar este bonito inicio como una parte fundamental de vuestra historia, pero también hay que saber ubicarla y distinguirla de los meses que vienen. Eso significa no intentar replicar las experiencias del verano en pleno invierno, pero tampoco dejar que el recuerdo caiga de forma nostálgica en el olvido a modo de visión fantasmagórica que nunca existió. Lo que habéis vivido, os pertenece para siempre, pero no os ancléis a ello.
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2. No escatimes en dosis de amor
Cuando llega septiembre, la rutina y los nuevos horarios se imponen, pero no por ello nos debe faltar actitud ante la vida. Para comenzar bien esta nueva etapa, recomendamos dedicar algo de energía extra a la atención y a los detalles de pareja. No dejéis que pase mucho el tiempo entre cita y cita, y procurad estar presentes en la medida de lo posible para seguir alimentando la ilusión a la vez que dejáis claro vuestro firme compromiso.
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3. Sácale todo el partido al resto del año
Se acabaron los mojitos y los revolcones en la playa, pero los planes de otoño no se quedan atrás. ¿Dormir en cucharita y totalmente apretados sin desmayarse en el intento? ¡Toda una novedad en vuestras vidas! Fuera coñas, los meses de frío y viento son una oportunidad ideal para reinventar el contexto en el que os conocisteis y cambiar el amor vivido de puertas hacia afuera por otro mucho más íntimo y recogido. ¡Toca crear nuevos recuerdos juntos! La cuffing season os espera impacientes con planazos de lluvia, mantita, peli y mimos infinitos. No suena nada nada mal…
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4. Apuesta siempre por lo que sientes
No fuerces las emociones y simplemente let it be. Cuando las cosas se hacen de corazón, solo apetece seguir sumando experiencias al recuerdo. El amor no debe pesar ni resultar un dolor de cabeza. Si la cosa termina por no funcionar, ¡no te lo tomes como un fracaso! Puede que simplemente no sea vuestro momento, pero lo habéis intentado de corazón, y lo que tiene que suceder, finalmente sucederá; quizás en unos meses, quizás en otro lugar…
¿Preparad@ para hacer espacio en tu vida a esta nueva conexión? Recuerda que no existen amores de verano, sino amores que elegimos alimentar todos los días, sin importar la estación. ¡Mucha suerte en esta nueva aventura!
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