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Chorradas que todos hemos hecho (y dicho) por amor

CUADRO CLÍNICO: paciente de 29 años acude a urgencias con claros síntomas de ñoñería aguda.

  • - Causa del contagio: el bicho del amor.

  • - Remedio eficaz: ninguno.

  • - Recomendaciones: esperar hasta que la tontería atenúe o desaparezca por completo.

  • - Posibles secuelas: arrepentimiento, melancolía, ataque de risa y/o sentimiento de vergüenza ajena al recordarlo.

El 95% de la población adulta se reconoce en este parte médico, y sí, no podemos evitar sonreír o morirnos de vergüenza al leerlo. Cuando el bicho del amor te pica, ya puedes ser la persona más seria y formal del mundo que nada impedirá que una vocecita empalagosa emerja de tu garganta y empiece a proferir toda clase de calentoñas y moñerías, a cada cual más cursi y romanticona.

Hagamos un repaso por las chorradas más comunes que todos hemos dicho y hecho por amor y veamos de cuántas te salvas. Dicen que mal de muchos es consuelo de tontos, así que ya que nos une la tontería, por lo menos vamos a echarnos unas risas.

¿Qué pasa, Álvaro, o debería llamarte gordi?

Álvaro de 27 años, aka el gordi, negará ser llamado así por su pareja, pero en un descuido se dará por aludido y girará la cabeza atendiendo a la llamada sin apenas darse cuenta. Hala, ya está, ¡dignidad a tomar por saco! No se puede bajar la guardia ni un minuto.

Su entorno le mirará con sorna pidiendo algún tipo de explicación, pero en el fondo él sabe que tarde o temprano ellos también serán el “cielito” y el “bizcochito” de alguien, así que nada, paciencia y a presumir de mote ñoño con orgullo. Además, ¿lo bonito que es ser el gordi de tu gorda? Eso no tiene precio, hombre, que se ría quien quiera.

No hace gracia, pero tú te meas

Vas de que tienes un humor inteligente y refinado, pero la realidad es que el umbral de tus chistes en pareja están a la altura del jardín de infancia. Cualquier chorrada es motivo de risas y, cuanto más tonta y más simple sea la broma, más tronchante os resulta. No intentes explicárselo a los demás porque nadie lo entenderá, pero eso sí, ¡para tu novio eres taaaaaaan graciosa!

Ni élfico ni dothraki, vosotros habláis amorcitano

Raro es que la Real Academia de la Lengua no lo haya reconocido todavía, pero la verdad es que tu churri y tú habéis creado un dialecto del amor en toda regla. Tenéis el tono, tenéis la actitud y tenéis mil palabrejas inventadas y cariñosas que conforman vuestro nuevo universo lingüístico. ¿Alguna vez has oído hablar a dos Minions? Pues así sois vosotros vistos desde fuera; incomprensibles e intensos, pero tiernos a morir.

Y de repente: bachata

¡Pero si no te gusta bailar! Aún así te lanzas a la piscina porque el sentido del ridículo es para los cobardes. Estás enamorado y ahora mismo lo que te importa es hacer todo lo posible para interesarte por los gustos de tu pareja y, en el mejor de los casos, adquirir una nueva pasión compartida. Lo más seguro es que te canses de dar vueltas a la segunda semana, pero intentar lo que se dice intentar, tú lo intentas, y eso tu amorcito lo valora.

Mmmmm, ¡este risotto me da cagaleras encanta!

Ya puede esperarte una noche de insomnio y de 50 viajes al baño, que si tu ligue te prepara un risotto con toda la ilusión del mundo, tú te callas y te lo comes en nombre del amor y de tu estirpe entera. ¿Hacía falta cometer esta locura? Ninguna. ¿Volverías a hacerlo? Por él/ella, lo que sea.

Poniendo tu esfínter a prueba 

Pocas veces has sido más ingeniosa que las veces que has ido al baño de tu pareja y has inventado mil ideas para que no te escuchara haciendo tus cosas. Grifos abiertos, cama de papel higiénico, tos repentina, posición antinatural para favorecer la caída… Cualquier cosa menos que tu pareja sospeche que eres una humana con necesidades fisiológicas. ¡Eso jamás! Hasta que uno de los dos no infrinja la ley antipedos por desesperación o por aburrimiento, aquí no tiene gases ni caga a gusto nadie. ¿Entendido?

Aunque recordemos alguna de estas tonterías con risa y algo de vergüenza, ¿qué sería el amor sin ellas? Las chorradas que hacemos por amor son las que nos convierten en personas tiernas, generosas, honestas, sensibles… En resumen: saca lo mejor de nosotros pero no sin antes pasar por la casilla del ridículo. ¡Nadie dijo que amar fuera sencillo!

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