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Acciones que deberíamos prohibir

De la misma forma que en algunos lugares turísticos se ha prohibido la cultura del selfie, hay acciones perpetradas por parte de algunas personas que nos sacan de quicio a los españoles y deberían prohibirse para hacer un mundo más bonito. Normalmente, como eres una persona educada, sueles callarte ante las hostias innecesarias de la vida y aguantar con cara de asco estoicismo cualquier coñacito que te acecha. ¡Pero el soportar se va a acabar! Sobre todo si estas propuestas llegan al gobierno algún día, o simplemente si alguna ministra o ministro furtivos necesitan una nueva experiencia, se abren un perfil en Adoptauntio, visitan el blog y leen estos artículos (que todo puede pasar…).

Si os reconocéis en las acciones que vamos a describir, no tengáis miedo de ir a la cárcel, pero tomad nota y haced el favor de erradicar de vuestra vida estas cosas tan feas. No nos llaméis haters. Lo hacemos por vuestro bien, pichones.

Tratar de “cari” a la gente sin conocerla

Sábado por la mañana: A las 07.30 AM SUENA LA ALARMA DE TU MÓVIL porque te olvidaste de desactivarla. Vale, no pasa nada… Voy a remolonear un poco más. Lo intentas, pero no puedes. Das vueltas. Decides bajar al bar de las tostadas más ricas del mundo (las ponen con mantequilla a la plancha) ¡Oh la la! Aún no han abierto. Claro, las 10.00 AM en Malasaña no son las 07.00 AM en Hong Kong. Esperas fuera con algo de frío mañanero, mientras miras otros escaparates y entonces…

Aparece un tío corriendo. Te dice al verte: “Ay cari, perdona, es que he salido tarde del gym. ¿Llevas mucho tiempo esperando”. “No, solo 15 minutos de mi día libre”, piensas tú. Por el momento, ya tienes tres buenas razones para abofetearle (algo que, por otro lado, nunca harás). Uno: llega tarde. Dos: te cuenta su vida, obra y milagros sin que le pidas explicación alguna, vamos, ni que fueras su jefe. Tres: sin duda lo peor de todo, te llama “cari”.

Seguir usando Comic Sans

Abajo el Comic Sans. Ahí lo dejamos. No podemos con esto. Y sobre todo, el hecho de que el creador de esta diabólica fuente de texto esté más que orgulloso de ella. Es un despropósito, lo miréis por donde lo miréis. Nos cansamos de ella en la época del messenger (cuando nos la poníamos para ligar con nuestro crush del instituto), en los Power Points de los trabajos de 2º de E.S.O, en los collages que subíamos al Fotolog y somos incapaces de leer un texto con ese tipo de letra sin soltar “¿en serio en Comic Sans?”.

Querido Comic Sans: no eres divertida, ni frívola, ni amena. Eres lo peor. Se tenía que decir y se dijo *golpea la mesa con el puño*.

Ser muy fan de Berlín y no vivir allí

Hay gente que cree que Berlín es la mejor ciudad del mundo para encontrar gangas vintage y pegarse la fiesta madre. También para hacerse fotos “de imprevisto” delante de una pared de graffitis. O lo que es lo mismo, para ejercer el derecho al postureo como si no hubiera mañana. Nos referimos a esa gente que se hace cacota cuando habla de Berlín, en plan “pasé un mes y medio y es lo más”. Los vuelos baratos han propiciado la oleada de pijas #FASCINADAS con esta ciudad tan progre que les permite sacar la punki que hay en ellas.

Hay que pensar que es una ciudad apta para muy pocos, es decir, para los que estén dispuestos a un clima extremo en el que no puedes tener más que los ojos a la intemperie en invierno y donde el mar es un espejismo en verano. Para los que estén dispuestos a ponerse las pintas más locas que se le ocurran y pasear a sus anchas luciendo atuendo, así como a estar 30 horas de fiesta non-stop. Vamos, para los que le echen un PAR DE OVARIOS.

Perseguir a los clientes por toda la tienda mientras miran ropa/cosas

El fenómeno sucede tras haber dicho “Vengo a echar un vistazo” a la persona que nada más cruzar la puerta te espetó un “Si necesita cualquier cosa, no dude en decírmelo”, empieza la carrera. No te quita ojo y se mueve muuuuuy despacio. Cuando te giras y os cruzáis, sonríe. Sabe que no vas a comprar nada y tú sabes que lo sabe. Cuando te vayas, márcate un “Hasta otro día”, en plan #SOYCLIENTA.

Audios 24/7

¿Es muy de viejuno odiar los mensajes de voz de WhatsApp? ¿Es muy de viejuno usar la palabra “viejuno"? Who knows. Pero lo que empieza a dar perecita es que las ciudades se estén llenando de gente paseándose por ahí con el móvil pegado a la barbilla hablando al vacío.

Y QUE CONSTE. Que no estamos diciendo que se deberían prohibir las notas de audio forever. Pero nos da pena, mucha, que cada vez se llame menos por teléfono y se envíen más notas de voz que te taladren el oído con monólogos infinitos sobre cualquier cosa.

Discriminar a los millennials

Oye mira, que resulta que hay un puñado de tópicos que salen de análisis de los medios de comunicación sobre una generación MUY odiada: los millennials. Los vagos. Los adictos al móvil. Los liantes. Los que ligan por internet. ¿A quién le apetece formar parte de este concepto generacional?

Pues os comento, hay bastantes razones para dejar de tener prejuicios sobre los millennials: somos inclusivos, concienciados, hiperconectados, viajeros y nos adaptamos a lo que nos venga porque a pesar de estar preparados, no tenemos tantas oportunidades como generaciones anteriores.

Y sí, sabemos ligar sin internet. Pero nos divierte hacerlo con él. ¡Para eso somos nativos digitales!

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