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4 formas de intimidad más allá de lo físico

Hoy en día sentimos, vivimos y nos enamoramos a un ritmo distinto que las generaciones anteriores. ¿Mejor? ¿Peor? No lo sabemos, pero lo que sí parece quedar claro es que las reglas del amor cambian constantemente. Hablando claro: hoy podemos irnos a la cama en una primera cita y no sentir vergüenza por ello.

Los jóvenes hemos conquistado nuevos terrenos sexuales y emocionales que nos han liberado de estigmas y eso es, como mínimo, una gran victoria (¡hurra por nosotros!). Hemos ganado en libertades, en tipos de relaciones, en pérdida de culpa y en poder de decisión. Ahora bien, eso también ha distorsionado un poquitín la idea que tenemos de intimidad, y es que hoy en día nos da más corte llamar por teléfono al ligue de turno que darnos un morreo a la luz de la luna.

Es evidente que han cambiado las formas de intimidad, pero aunque hoy estemos en las antípodas de la sexualidad de nuestros abuelos, todos hemos cometido el mismo error: pensar que compartir un momento íntimo va en función de si llevamos más o menos ropa.

Con el objetivo de desviar el foco siempre del prejuicio sesuá, hoy en adopte te descubrimos cuatro formas de intimidad absolutamente preciosas, aptas para todos los públicos y que van mucho más allá del plano físico:

Cuatro formas no sexuales de intimidad

1. Intimidad emocional

Podrás tener muchos líos, ¿pero con cuántos te atreves a hablar de tus traumitas de infancia? Si alguien te gusta de verdad, trabajar la empatía, la escucha, la comprensión y el apoyo mutuo es de lo más bonito que te va a pasar. Allá van algunas situaciones para trabajar la intimidad emocional:

  • - Interésate por conocer la relación que tiene con su familia, pregunta por su infancia, la historia de los suyos, los lugares en los que ha vivido, sueños y aspiraciones que tenía de niñ@...

  • - Hablad abiertamente del momento personal en el que os encontráis: si os motiva vuestro trabajo, las decisiones que habéis tomado hasta llegar a dónde estáis, los conflictos interiores que os conmueven, espinitas clavadas, temas pendientes…

  • - Descubre cómo se ha relacionado íntimamente con sus parejas, el concepto que tiene del amor y lo que espera de él. Hablad hasta donde os apetezca y compartid únicamente aquello con lo que os sintáis cómodos. No se trata tanto de dejar seco el tintero como de ir creando un clima de confianza que vaya ampliándose con el paso del tiempo.

2. Intimidad comunicativa

Hablar con total honestidad y cercanía es una cosa, y aquello de “yo es que soy así y lo digo todo a la cara” es otra. El mensaje que comunicamos, por sincero que sea, siempre debe pasar por el filtro del cariño y la asertividad. Cuando hablamos de intimidad comunicativa estamos poniendo el foco en la comodidad a la hora de ser y expresarnos, es decir, romper con el postureo y darte a conocer tal y como eres:

  • - Usa expresiones propias y cotidianas sin miedo al qué pensará. Siéntete orgullos@ de tu acento, el sonido de tu risa, tus palabrejas inventadas, tu humor particular… En definitiva, el universo verbal que te define.

  • - Atrévete con las llamadas y las videollamadas aunque no tengáis muchísima confianza. Romper con el muro de los chats y las redes sociales ya es una decisión propia de valientes.

  • - No dejes para mañana aquello que te ha molestado o que te genera curiosidad. Igualmente, no permitas que la otra persona se quede molesta por algo que has podido hacer mal. Hablar las cosas al momento genera mucha sensación de cercanía y atención.

3. Intimidad de tiempo

Vamos de culo todo el día, pero seamos sinceros: el tiempo nunca falta cuando sobran las ganas. Entre todas las formas posibles de decir te quiero, nuestra favorita es la de regalar tiempo de calidad a las personas que amamos:

  • - Quedar en finde en lugar de hacerlo rápido entre semana.

  • - Rascar tiempo de dónde no lo hay solo para cuidar a alguien que te necesita.

  • - Desayunar un domingo con calma y hacer planes mundanos, no solo verse para salir de fiesta y hacer cosas excitantes.

  • - Verse porque sí, porque apetece, sin excusa aparente y solo por el placer de tener delante a la otra persona aunque sean 10 o 15 minutos.

4. Intimidad mental

¿Lo bonito que es frikear juntos sobre algo que os emociona? Cuando hay conexión intelectual, que se quite tooooodo lo demás. Si dais con algo en común que os apasiona, seguro que no tendréis problema en:

  • - Tener conversaciones enriquecedoras y significativas más allá de los temas mundanos del día a día.

  • - Compartir pensamientos y reflexiones ante noticias, novedades, temas de debate…

  • - Espamearos a base de recomendaciones, reviews y feedbacks del material que os enloquece.

  • - Compartir aficiones y llenar el calendario de planazos con los que disfrutar juntos.

Preguntarse qué es la intimidad en pleno siglo XXI ya no tiene respuesta correcta, y es que abrirse emocionalmente, emborracharse de empatía, f*llarse las mentes y proponer un plan improvisado están a la altura de un buen beso o de la mejor noche de tu vida. Es cuestión de saber compartir estos momentos con la persona indicada y dejarse llevar, siempre dejarse llevar…

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