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2023 a examen: aprendizajes amorosos que nos deja

Cada año el mismo deja-vu: te plantas a 31 de diciembre haciendo un balance genérico de lo vivido, dando un portazo a lo malo y pensando que tu vida está a punto de cambiar radicalmente. Todo eso está muy bien, pero a ti, que no aguantas los propósitos de Año Nuevo más allá del 3 de enero, ¿qué te vamos a decir? Tienes más que comprobado que eso no funciona.

Si para bien o para mal tu 2023 ha resultado una especie de cursillo intensivo en el amor, ¡aprovéchalo! Que sí, que siempre puedes ponerte braguitas rojas en Fin de año, brindar con el pie derecho y tomarte las 12 uvas del tirón, pero no delegues tus deseos de buena suerte en estos rituales o 2024 va a resultar lo mismo de siempre en el amor.

Para que cada año cuente no solo en cifras, sino también en aprendizajes, quédate y haz un balance real de tus experiencias antes de que 2024 te pille con las manos en la masa.

El arte de despedir bien el año: balance amoroso de 2023

Lo has luchado, lo has disfrutado y lo has sufrido, pero ahora toca hacer triaje de las experiencia valiosas para que nada de lo vivido haya sido en vano.

¿Todas en su sitio? ¡Que comience la evaluación!

Esos momento brillantes

Sean muchos o pocos, detente unos minutos a valorarlos. Abraza el recuerdo, honra lo vivido y siéntelo tuyo. Lo bueno no llega por casualidad, son momentos que atraemos y, sobre todo, que merecemos. Nuestro consejo es que te empapes de este buen rollo para proyectar más y mejor en el próximo año. Agradece a aquellas personas que lo hicieron posible y prémiate por haber sabido estar en el lugar, el momento y la actitud adecuada. Comprobado: lo bueno te sienta tan bien que mereces doble ración en 2024.

Derrotas y desafíos

Ese cajón desastre que nadie quiere abrir, pero que es tan necesario ordenar a final de año. Estos últimos 12 meses todos hemos perdido alguna que otra batalla, nos hemos arrepentido de algo y hemos metido la pata hasta el infinito y más allá. ¿Y sabes qué? Ya nadie se acuerda de ello, no le des tú la importancia que ya no tiene. De las cagadas propias se aprende y de las ajenas se huye. Lo importante, llegados a este punto, es pedir disculpas a quien las merece, perdonarte a ti por haber fallado y darte la oportunidad de intentar mejorar sin que el rencor y el miedo lleguen a tomarse las 12 uvas contigo. Diles que lo sientes, pero que los sentimientos chungos esta vez no están invitados.

Saber cerrar un ciclo

El cambio de año no supone ningún salto espacio-temporal que lo modifique todo, pero sí es una línea psicológica que te permite avanzar y dejar atrás cosas. Aunque tu camino vaya a seguir siendo el mismo, aprende a poner broche al año y constrúyele una especie de habitación mental para que el recuerdo permanezca y puedas recuperarlo cuando pierdas perspectiva y necesites un punto de apoyo. En el caso de que realmente el ocaso del año te coincida con el final de algo importante, úsalo para cerrar la puerta con cariño y dar espacio a lo nuevo.

Fiestón de despedida y de bienvenida

Una vez hecho el trabajo emocional, pégate una buena fiesta para culminar el proceso con la celebración que te mereces. Arriba esas copas para brindar por las idas y venidas que nos han traído locas en el amor este año. Han dolido y han dado placer, pero reconozcámoslo: sin ellas la vida sería mucho más aburrida. Baila, ríe, abraza y al amanecer pídete una buena ración de churros, que eso sí que es empezar bien el año y lo demás son tonterías.

¿Suspenso, aprobado raso o expediente de 10 en el amor? Si tu 2023 ha sido una montaña rusa que va desde lo maravilloso hasta lo que preferirías olvidar, es que está intentando decirte algo. Escúchalo antes de que se te acabe el tiempo y prepárate para lo que se avecina a la vuelta de la esquina, que llega 2024 rumbeando.

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